Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
Una autocrítica necesaria
Como académico y director, escribo este artículo mirándome al espejo. Después de décadas enseñando gobierno corporativo en escuelas de negocios, publicando papers y asesorando directorios, he visto (y protagonizado) la tensión entre el conocimiento teórico y la realidad práctica. Esta es una reflexión autocrítica sobre el valor y los límites del expertise académico en los directorios.
Un destacado profesor de estrategia corporativa, autor de tres libros y consultor global, acaba de ser nombrado director independiente. Su CV es impresionante. Sus publicaciones son referencia obligada. Solo tiene un pequeño problema: nunca ha gestionado una empresa real.
La paradoja del conocimiento sin experiencia
«La teoría dice que deberíamos…» «Los papers sugieren que…» «Los modelos indican que…»
Frases que suenan impresionantes en un aula, pero que pueden ser peligrosas en un directorio donde las decisiones tienen consecuencias reales.
Los números que nadie analiza
- 40% de directores académicos nunca han tenido P&L a su cargo
- 65% basan sus recomendaciones en modelos teóricos
- 80% tienden a sobre-complejizar decisiones simples
- 30% tienen dificultad evaluando riesgos operativos reales
El costo del academicismo excesivo
Para la empresa
- Parálisis por análisis
- Decisiones retrasadas por teorización excesiva
- Oportunidades perdidas mientras se busca el «modelo perfecto»
- Riesgos reales oscurecidos por abstracciones teóricas
Para el gobierno
- Supervisión desconectada de la realidad operativa
- Debates que confunden rigor académico con valor práctico
- Pérdida de perspectiva práctica
- Complejización innecesaria
La trampa de la sofisticación
El director académico típicamente:
- Busca respuestas en papers más que en experiencia
- Prioriza modelos sobre intuición práctica
- Confunde complejidad con profundidad
- Subestima el valor del conocimiento operativo
El valor real del conocimiento académico
El expertise académico es valioso cuando:
- Complementa (no sustituye) la experiencia práctica
- Aporta marcos conceptuales útiles
- Enriquece (no paraliza) el debate
- Conecta teoría con realidad operativa
Hacia un balance efectivo
El director académico efectivo
- Reconoce los límites de la teoría
- Valora la experiencia práctica
- Adapta modelos a realidades
- Simplifica en vez de complejizar
El directorio balanceado
- Combina teoría y práctica
- Aprovecha marcos conceptuales
- Mantiene foco en lo práctico
- Usa teoría como herramienta, no como fin
Para reflexionar honestamente
- ¿Estamos confundiendo sofisticación con efectividad?
- ¿Cuántas decisiones se retrasan por teorización excesiva?
- ¿Nuestros debates académicos agregan o destruyen valor?
- ¿El conocimiento teórico nos acerca o aleja de la realidad operativa?
La propuesta práctica
- Limitar tiempo de teorización
- Exigir ejemplos prácticos
- Valorar experiencia operativa
- Balancear composición del directorio
Referencias
- Academy fellow independent directors and innovation – Asia Pacific Journal of Management
- The Impact of Academic Titles of Board Member and Directors Over the Performance of Companies Traded at B3 – Bucape Business School