Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad

En todo directorio existe una geografía invisible del poder que trasciende el organigrama oficial y las designaciones formales. El presidente efectivo reconoce que su autoridad real depende no solo de su cargo, sino de su capacidad para mapear, comprender y orquestar estas dinámicas silenciosas pero determinantes.

La cartografía del poder invisible

Más allá de los roles oficiales, las influencias reales en un directorio latinoamericano típicamente incluyen:

  • Núcleos históricos: Directores con larga trayectoria que custodian la memoria institucional y valores fundacionales
  • Conectores externos: Quienes mantienen vínculos privilegiados con stakeholders clave (gobierno, financiadores, clientes estratégicos)
  • Referentes técnicos: Reconocidos por su expertise específico, cuyas opiniones tienen peso desproporcionado en ciertos temas
  • Mediadores naturales: Actores con capacidad innata para construir consensos y alinear posiciones divergentes
  • Figuras totémicas: Personalidades cuya sola presencia influye en la dinámica grupal por su prestigio o trayectoria

El error de la formalidad exclusiva

Presidentes novatos a menudo cometen el error de operar como si el poder fluyera exclusivamente por los canales formales establecidos en estatutos y reglamentos. Esta ingenuidad puede llevar a:

  • Victorias pírricas en votaciones formales que generan resistencias invisibles en la implementación
  • Aprobaciones superficiales que esconden desacuerdos sustantivos no expresados
  • Alianzas frágiles que se desmoronan ante la primera dificultad

La orquestación como arte presidencial

El presidente maestro entiende que su rol es similar al de un director de orquesta: no toca todos los instrumentos, pero crea las condiciones para que cada uno contribuya en el momento y manera adecuados para producir una sinfonía coherente.

Técnicas específicas incluyen:

  1. Diplomacia preventiva: Conversaciones uno a uno estratégicas antes de reuniones críticas, no para predeterminar resultados sino para entender sensibilidades
  2. Triangulaciones constructivas: Conectar deliberadamente a actores con perspectivas complementarias para generar síntesis más potentes
  3. Reconocimiento estratégico: Validar públicamente contribuciones de centros de influencia clave, legitimando su poder para canalizarlo productivamente
  4. Visibilización de corrientes subterráneas: Nombrar delicadamente dinámicas no explícitas cuando bloquean el progreso, sin culpabilizar
  5. Rotación de protagonismo: Distribuir estratégicamente oportunidades de liderazgo visible entre diferentes polos de influencia

El contexto latinoamericano

Las dinámicas de poder informal tienen características distintivas en nuestra región:

  • La importancia de vínculos familiares y sociales preexistentes
  • El peso de las jerarquías implícitas basadas en trayectoria o apellido
  • La relevancia de conexiones políticas y gubernamentales
  • La presencia de «padrinos» o mentores influyentes

El presidente efectivo reconoce estas realidades sin cinismo ni ingenuidad, trabajando con ellas en lugar de contra ellas.

Preguntas para la reflexión

  • Si dibujara un mapa de influencias reales en su directorio, ¿cuán diferente sería del organigrama oficial?
  • ¿Qué conversaciones importantes están ocurriendo fuera de la sala de reuniones?
  • ¿Con qué centros de poder ha construido relaciones basadas en confianza versus mera cortesía formal?

P.D. La verdadera maestría presidencial no está en ignorar o lamentar las dinámicas informales de poder, sino en orquestarlas con integridad hacia los objetivos superiores de la organización. El poder invisible bien gestionado no socava la gobernanza formal – la complementa y enriquece con dimensiones humanas esenciales.