Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad

La escena es común:

El presidente del directorio, ansioso por mantener la armonía, interrumpe sutilmente cada vez que la discusión se vuelve incómoda. «Quizás deberíamos avanzar…» «En aras del tiempo…» «Creo que ya todos entendimos el punto…»

Y así, sistemáticamente, las conversaciones difíciles pero necesarias mueren antes de nacer.

El arte perdido de la dirección

Como un director de orquesta obsesionado con que todos toquen la misma nota, muchos presidentes de directorio han confundido armonía con unanimidad, debate con conflicto, disenso con disfunción.

El resultado es predecible: directorios que suenan como monótonos solos cuando deberían ser ricas sinfonías de perspectivas diversas.

La partitura del silencio

Los signos son sutiles pero letales:

  • La directora nueva que dejó de hacer preguntas incómodas
  • El experto técnico que ya no cuestiona supuestos
  • El independiente que ahora siempre está de acuerdo
  • Las discusiones que terminan demasiado rápido

No es paz lo que estamos creando. Es el silencio de la irrelevancia.

El costo de la falsa armonía

Cuando el presidente prioriza el consenso superficial sobre el debate profundo:

  • Las preguntas críticas quedan sin hacer
  • Los riesgos importantes pasan desapercibidos
  • Las oportunidades se pierden en el silencio
  • El valor se destruye en perfecto acuerdo

El verdadero rol del director de orquesta

El presidente efectivo no busca que todos toquen la misma nota. Su rol es:

  • Asegurar que cada instrumento tenga su espacio
  • Crear momentos de solo y momentos de conjunto
  • Balancear las voces fuertes con las suaves
  • Construir una sinfonía de perspectivas diversas

La partitura del debate efectivo

1) Crear seguridad psicológica No es suficiente decir «aquí se puede opinar». Hay que demostrarlo:

  • Celebrando activamente el disenso constructivo
  • Protegiendo a las voces minoritarias
  • Normalizando el «no estoy de acuerdo»
  • Modelando la vulnerabilidad desde la presidencia

2) Gestionar el tiempo, no el debate

  • Reservar espacio para discusiones difíciles
  • No apresurar conclusiones
  • Permitir que las ideas respiren
  • Balancear eficiencia con profundidad

3) Cultivar las voces diversas

  • Invitar activamente perspectivas diferentes
  • Crear espacio para los estilos más reflexivos
  • Equilibrar las voces dominantes
  • Construir sobre las ideas minoritarias

El arte de la conversación difícil

Un presidente efectivo:

  • Hace las preguntas que nadie quiere hacer
  • Mantiene vivas las discusiones importantes
  • Busca activamente perspectivas diferentes
  • Construye sobre el disenso constructivo

Para reflexionar en el directorio:

  1. ¿Cuándo fue la última vez que una discusión cambió realmente una decisión importante?
  2. ¿Qué voces se han silenciado en nuestro directorio?
  3. ¿Estamos confundiendo eficiencia con efectividad?
  4. ¿Nuestro consenso es real o superficial?