Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
Un día en la vida
9:00 AM: Comité de Auditoría en el banco
11:30 AM: Directorio de la minera
2:00 PM: Comité de Estrategia en la retail
4:30 PM: Directorio de la aseguradora
7:00 PM: 300 páginas esperando revisión para mañana
Bienvenidos a la vida del director «exitoso» moderno. Un malabarista profesional que hace equilibrio entre múltiples directorios, comités, y responsabilidades, convencido de que puede dar el 100% en cada rol. La realidad sugiere algo muy diferente.
La aritmética imposible
NN es considerado una directora «estrella». Participa en cinco directorios, preside tres comités, y se enorgullece de nunca faltar a una sesión. También es consultora activa y profesora universitaria. La industria la admira por su capacidad de «hacer todo». Pero hagamos los números:
Cada directorio requiere, mínimamente:
- 20 horas mensuales de reuniones
- 300 páginas de lectura por sesión
- 2-3 comités con sus propias exigencias
- Disponibilidad para crisis imprevistas
Multiplicado por cinco directorios, más sus otras actividades, María necesitaría meses de 45 días para cumplir adecuadamente. Pero nadie parece notarlo. O peor aún, nadie quiere notarlo.
La ilusión de la omnipresencia
«Soy muy eficiente con mi tiempo», argumentan algunos. «Tengo décadas de experiencia», justifican otros. «Las industrias se complementan», razonan los más optimistas.
Pero cuando llega la crisis – y siempre llega – la realidad golpea duramente. El año pasado, una emprea importante enfrentó una crisis de ciberseguridad crítica. Necesitaba reuniones de directorio diarias. Dos de sus directores «estrellas» estaban en el extranjero en otros compromisos. Otro tenía conflictos «inamovibles» con otros directorios.
El precio del malabarismo
La sobrecarga de directorios cobra su precio de maneras sutiles pero profundas:
MM, director de cinco empresas, admitió en privado que ya no lee los reportes completos. «Marco los puntos importantes y confío en el resumen ejecutivo», confiesa. «No hay otra manera de mantenerse al día».
PP, con cuatro directorios, reconoce que a veces confunde discusiones de diferentes empresas. «Por un momento pensé que estábamos hablando de la estrategia digital del banco, pero estábamos en el directorio de la retail», admite.
La paradoja del director cotizado
La ironía es cruel: Cuanto más «exitoso» es un director, más directorios acumula. Y cuantos más directorios acumula, menos efectivo puede ser en cada uno. Es una espiral que solo puede terminar en supervisión superficial.
El verdadero costo
La supervisión superficial tiene consecuencias reales:
- Riesgos no identificados porque nadie tuvo tiempo de profundizar
- Oportunidades perdidas por falta de atención adecuada
- Crisis mal manejadas por disponibilidad limitada
- Valor destruido por supervisión insuficiente
Y lo más triste: muchas veces ni siquiera nos damos cuenta hasta que es demasiado tarde.
El mito de la experiencia acumulada
«La experiencia en múltiples directorios me hace mejor director», es un argumento común. Pero ¿realmente necesitamos directores que sean enciclopedias ambulantes de experiencias superficiales? ¿O necesitamos directores que puedan sumergirse profundamente en los desafíos únicos de cada empresa?
La propuesta incómoda
Imaginemos un mundo donde:
- Los mejores directores limitan conscientemente sus compromisos
- La profundidad se valora más que la amplitud
- La dedicación real supera al prestigio
- La compensación refleja el compromiso verdadero
El nuevo estándar
El director efectivo del futuro necesita:
- Tiempo real disponible
- Energía mental suficiente
- Capacidad de profundizar
- Disponibilidad en crisis
- Compromiso genuino
Para una reflexión honesta
La próxima vez que estés en un directorio, mira alrededor y pregúntate:
- ¿Cuántos de tus colegas están realmente presentes?
- ¿Cuántos leyeron verdaderamente los reportes?
- ¿Cuántos estarían disponibles en una crisis?
- ¿Cuántos conocen realmente el negocio?
Un llamado a la acción
Es hora de desafiar el mito del director superhéroe que puede estar en todas partes y hacerlo todo bien. La excelencia en gobierno corporativo requiere foco, dedicación y, sobre todo, tiempo real.
El mejor director no es el más ocupado, sino el que tiene el tiempo y la disposición para hacer bien su trabajo.
Referencias
- «The Myth of the Superhero Director» – Harvard Business Review
- «Quality vs. Quantity in Board Service» – McKinsey
- «Time Commitment in Modern Boards» – Corporate Board Member
- Spencer Stuart Board Index 2023
 
			