Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
“Pero ya intentamos eso hace tres años y fracasó estrepitosamente”, comenta un director veterano. El nuevo miembro del directorio, recién incorporado, parpadea confundido. Ha propuesto lo que consideraba una idea innovadora, desconociendo que representa una estrategia que ya llevó a la empresa a una dolorosa reestructuración. Bienvenidos al “Síndrome del Último Episodio”.
Este fenómeno, comparable a comenzar una serie compleja en su última temporada, es uno de los desafíos más críticos en la renovación de directorios latinoamericanos: ¿Cómo integrar nuevas perspectivas sin perder la sabiduría acumulada a través de ciclos y decisiones previas?
El riesgo de la amnesia institucional
Cuando un director nuevo se incorpora, enfrenta una asimetría fundamental: domina las tendencias actuales pero carece del entendimiento de:
- Decisiones estratégicas pasadas y sus consecuencias reales
- Relaciones complejas con grupos de interés desarrolladas durante años
- Intentos previos, fracasos y aprendizajes organizacionales
Un estudio de McKinsey reveló que aproximadamente el 40% de las iniciativas propuestas por directores en sus primeros 12 meses reproducen estrategias ya intentadas.
En el contexto latinoamericano, donde las relaciones de largo plazo tienen un valor cultural significativo, este desconocimiento puede generar fricciones importantes entre miembros nuevos y experimentados.
Construyendo puentes entre temporadas
Para directorios latinoamericanos enfrentando renovación, estas prácticas pueden mitigar efectivamente este síndrome:
- Crear una “biblia” estratégica: Documentar sistemáticamente decisiones pasadas, sus fundamentos y lecciones aprendidas.
- Implementar mentoría bidireccional: Emparejar directores nuevos con veteranos en intercambios estructurados (nuevas perspectivas por sabiduría histórica).
- Institucionalizar “tours históricos decisionales”: Dedicar sesiones a revisar casos emblemáticos de la historia corporativa.
Para reflexionar en su directorio:
- ¿Qué mecanismos formales existen para transmitir la memoria institucional?
- ¿Cómo equilibramos el peso de la experiencia histórica con la necesidad de nuevas perspectivas?
La fortaleza de un directorio no reside solo en la diversidad de sus perspectivas presentes, sino en su capacidad para integrarlas con su experiencia acumulada.
P.D. El valor de un director no se mide únicamente por las ideas nuevas que aporta, sino también por su habilidad para reconocer cuándo lo aparentemente innovador es un capítulo ya escrito en la historia de la empresa.