Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
Con profunda alegría comparto algunas reflexiones sobre la histórica elección del Cardenal Robert Francis Prevost como el Papa León XIV, primer pontífice estadounidense-peruano y primer agustino en liderar la Iglesia Católica. Como académico dedicado al gobierno corporativo y desde mi perspectiva personal como católico, encuentro en este momento valiosas enseñanzas para nuestro campo.
Liderazgo intercultural y formación interdisciplinaria
Lo que más me impresiona como estudioso de las estructuras de gobierno es la trayectoria de León XIV: matemático de formación (Villanova), canonista por vocación (Angelicum) y pastor por casi dos décadas en las periferias del norte peruano. Este perfil multifacético refleja lo que frecuentemente señalo en mis clases sobre la importancia de la diversidad cognitiva en los consejos directivos.
Su capacidad para navegar entre culturas (hijo de inmigrantes franco-italiano y española, formado en EE.UU. y con extensa experiencia en Latinoamérica) representa un activo invaluable para gobernar una institución verdaderamente global. ¿No es acaso esta competencia intercultural uno de los atributos más buscados hoy en líderes de organizaciones multinacionales?
Gobernanza efectiva y experiencia probada
Como Prior General de los Agustinos durante dos términos consecutivos (2001-2013), demostró capacidad para gestionar una organización compleja y multicultural. Más recientemente, como Prefecto del Dicasterio para los Obispos, ha estado directamente involucrado en los procesos de selección de liderazgo eclesiástico, una función que podríamos comparar con los comités de nominación en las estructuras corporativas.
Su lema episcopal “In illo uno unum” (“En el Único somos uno”) resuena con lo que enseñamos sobre la importancia del propósito compartido y el alineamiento en torno a valores centrales – elementos fundamentales para la cohesión organizacional en entornos diversos.
Tradición e innovación en la continuidad
La elección rápida y su primer mensaje centrado en la paz sugieren un mandato claro para continuar las reformas iniciadas por su predecesor. Como especialistas en gobierno corporativo, reconocemos la importancia de los procesos de transición que mantienen el impulso renovador mientras preservan la esencia y misión institucional.
Me impresiona su mensaje inicial: “Paz con todos ustedes… que este deseo entre en sus corazones y llegue a todos los rincones del mundo.” Palabras que reflejan un enfoque inclusivo que toda organización debería aspirar a cultivar.
Una mirada al futuro
Como profesor que busca conectar teoría y práctica, encuentro inspirador observar cómo los principios agustinianos de unidad en la diversidad, centralidad del bien común y servicio desde la humildad pueden informar nuestras conversaciones sobre el gobierno de las empresas en el siglo XXI.
La elección de León XIV nos recuerda que toda estructura de gobierno debe equilibrar tradición e innovación, continuidad y renovación, y sobre todo, debe poner a las personas en el centro de su misión.
Como académico y como católico, agradezco la oportunidad de presenciar este momento histórico para la Iglesia. Deposito mi esperanza en que el liderazgo del Papa León XIV tendrá un impacto profundamente positivo no solo en la Iglesia misma, sino también en el mundo entero y, particularmente, en quienes asumimos responsabilidades de liderazgo en diversas organizaciones. Su ejemplo puede inspirarnos a todos a construir estructuras más humanas, efectivas y genuinamente orientadas al bien común, recordándonos que la gobernanza, en su más elevada expresión, está al servicio de las personas y no al revés.