Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
Durante años pensé que siendo la mejor CFO posible, eventualmente las invitaciones a directorios llegarían solas”, me confesó Alejandra, una brillante ejecutiva con trayectoria en múltiples multinacionales. “Lo que no entendí hasta hace poco es que nadie me invitaría si nadie en los círculos adecuados sabía quién era yo”.
Esta realización representa una verdad incómoda pero fundamental: en el camino hacia el directorio, el capital social frecuentemente supera al capital humano como factor determinante. Como apunta certeramente un experto: “el capital humano te lleva lejos en tu carrera, pero el que te lleva hasta la meta del directorio es tu capital social”.
La arquitectura invisible del acceso
Cuando surge una vacante en un directorio, se activa un proceso que está profundamente influenciado por dinámicas invisibles:
El filtro previo al filtro: Antes de cualquier consideración formal, ya ha ocurrido una pre-selección basada en relaciones. Una investigación con directoras reveló que “a menudo somos identificados o descartados con base en nuestra red de relaciones presente y pasada”.
El círculo de confianza: Especialmente en empresas familiares latinoamericanas, donde más del 60% mantienen control familiar, la confianza personal es determinante. “Lo conozco, es de confianza” abre más puertas que décadas de excelencia técnica sin conexión personal.
La paradoja de la visibilidad: Muchos ejecutivos brillantes nunca son considerados simplemente porque son “invisibles” para quienes toman las decisiones.
Tres tipos de capital en juego
En el acceso a directorios interactúan:
- Capital humano: Conocimientos, experiencia, logros – lo que aparece en tu CV.
- Capital social: Red de relaciones, reputación – quien te conoce y qué piensan de ti.
- Capital reputacional: Percepción de tu integridad y juicio en círculos de alto nivel.
La investigación sugiere que mientras el capital humano determina si eres competente para un directorio, el capital social y reputacional determinan si eres realmente invitado.
El capital social en acción
El caso de Javier, un CFO regional, ilustra el poder del capital social. Implementó deliberadamente una estrategia participando activamente en la asociación de directores financieros y aceptando una posición en el directorio de una ONG prestigiosa. En 18 meses, recibió dos invitaciones a directorios corporativos. “Mi competencia técnica no cambió”, explica. “Lo que cambió fue quién me conocía y en qué contexto me habían visto operar”.
La brecha de género y el contexto latinoamericano
Las mujeres ejecutivas enfrentan un doble desafío: además de las barreras tradicionales, a menudo tienen menos acceso a las redes informales donde se forja el capital social decisivo. Con apenas 16% de representación femenina en directorios regionales (versus 27% global), un análisis señaló que la típica razón es un “déficit de capital social”.
En Latinoamérica, donde las relaciones personales tienen peso cultural determinante, el capital social puede ser incluso más crítico. Un estudio destacó que el liderazgo regional tiene como sello distintivo “relaciones cercanas y de confianza”. Además, la concentración del ecosistema empresarial, con círculos más pequeños donde “todos se conocen”, hace aún más crucial estar en las redes correctas.
Estrategias prácticas
Para construir capital social estratégicamente:
- Construir red auténtica: Identificar sistemáticamente a 20-30 personas influyentes en directorios relevantes y buscar conexiones genuinas.
- Aumentar visibilidad: Participar activamente en asociaciones directivas, compartir perspectivas en foros especializados y servir en juntas no corporativas como plataforma.
- Cultivar relaciones con gatekeepers: Desarrollar conexiones con headhunters especializados, directores experimentados y miembros de comités de nominación.
El equilibrio necesario
Como sintetizó una directora con presencia en múltiples juntas: “Tu competencia profesional te hace elegible, pero tus relaciones te hacen seleccionable”.
El camino hacia el directorio requiere reconocer que tu red de relaciones no es un complemento opcional a tu competencia técnica, sino un multiplicador esencial que determina si tus capacidades serán valoradas en los niveles donde se toman las decisiones.
P.D.: La próxima vez que veas a alguien “menos calificado” acceder a un directorio antes que tú, recuerda que no estás presenciando una injusticia, sino el poder del capital invisible en acción. La pregunta no es “¿por qué ellos y no yo?”, sino “¿quién aún no conoce el valor que puedo aportar?”.