Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
Todos hemos estado ahí: Son las 9:01 AM de un martes cualquiera. El presidente del directorio abre formalmente la sesión mientras algunos directores aún acomodan sus carpetas. La agenda incluye decisiones críticas sobre inversiones millonarias, pero algo en el ambiente revela una incómoda verdad: la decisión ya fue tomada en conversaciones informales entre el presidente, el CEO y tres directores “clave” durante el desayuno de la mañana o en llamadas privadas durante la semana anterior.
El resto de la reunión será un elaborado teatro donde los argumentos parecen evaluarse objetivamente, pero el resultado está predeterminado. Bienvenidos al fenómeno de “La Reunión Fantasma” – ese espacio paralelo e invisible donde ocurre el verdadero gobierno corporativo.
La democracia corporativa: una ilusión conveniente
En teoría, los directorios funcionan como pequeñas democracias deliberativas donde cada voz tiene igual peso y las decisiones emergen del debate colectivo. La realidad es mucho más compleja y, frecuentemente, preocupante.
Múltiples observaciones y experiencias en el mundo corporativo sugieren que un número significativo de decisiones críticas se “pre-cocinan” en conversaciones informales entre subgrupos antes de las reuniones oficiales. El problema no es la coordinación previa en sí misma, sino la exclusión sistemática de perspectivas diversas y el socavamiento del proceso deliberativo.
Las consecuencias de este fenómeno son profundas:
- Decisiones de menor calidad: La investigación sobre diversidad cognitiva y toma de decisiones sugiere que los grupos homogéneos tienden a considerar menos alternativas y a estar más sujetos a sesgos de confirmación.
- Cultura de exclusión: Se crean círculos internos de “directores con influencia real” y otros que son meros espectadores.
- Responsabilidad diluida: Cuando las decisiones salen mal, nadie asume realmente la responsabilidad porque “todos votaron a favor”.
- Erosión de confianza: Los directores excluidos pierden motivación y compromiso.
Los tres patrones de la reunión fantasma
Este fenómeno suele manifestarse en tres patrones reconocibles:
1. El “pre-alineamiento” ejecutivo
El CEO y el presidente coordinan posiciones antes de la reunión y luego movilizan sistemáticamente a aliados clave. La agenda, presentaciones y hasta el tiempo asignado a cada tema están cuidadosamente orquestados para conducir a la conclusión predeterminada.
2. El “club interno”
Un subgrupo de directores (frecuentemente los más antiguos o con mayor participación accionaria) forma una alianza implícita que determina el curso de acción. Sus miembros se comunican regularmente fuera de las reuniones formales y llegan con posiciones ya consensuadas.
3. La “cascada informativa”
Las decisiones se presentan como prácticamente finalizadas, con el respaldo de expertos externos y el entusiasmo del equipo ejecutivo. Los directores que tienen dudas sienten presión para conformarse, asumiendo que “todos los demás” están convencidos.
Propuestas para abordar el desafío
1. Formalizar el proceso de pre-deliberación
Las empresas como Natura y Google han implementado sistemas donde las conversaciones previas a la reunión son transparentes y accesibles para todos los directores. Las discusiones preliminares se documentan en plataformas compartidas, permitiendo que todos los miembros contribuyan asincrónicamente antes de la reunión formal.
2. Implementar mecanismos de “abogado del diablo”
Samsung y Amazon asignan rotativamente el rol de “cuestionador designado” a diferentes directores en cada reunión. Esta persona tiene la responsabilidad explícita de desafiar el consenso aparente, independientemente de su opinión personal.
3. Auditar la dinámica decisoria
El Directorio de Unilever realiza anualmente una “auditoría de decisiones críticas” donde examina retrospectivamente cómo se tomaron las decisiones más importantes, mapeando las interacciones formales e informales que condujeron a ellas para identificar patrones de exclusión.
Preguntas para el Directorio
- ¿Cuántas de nuestras últimas cinco decisiones estratégicas ya estaban prácticamente definidas antes de entrar a la sala de reuniones?
- ¿Existen directores que sistemáticamente no participan en conversaciones preliminares sobre temas críticos?
- ¿Cómo reacciona el grupo cuando un director cuestiona una decisión que ya parece tener consenso?
- ¿Hemos establecido canales formales para la deliberación previa que sean transparentes e inclusivos?
- ¿Tenemos mecanismos para garantizar que todas las perspectivas sean consideradas, incluso las minoritarias o disidentes?
El verdadero valor de la deliberación colectiva
Los directorios fueron diseñados para aprovechar la sabiduría colectiva, no para validar decisiones pre-fabricadas. Las buenas prácticas de gobierno corporativo sugieren que los procesos deliberativos genuinos, donde se consideran múltiples perspectivas, conducen a mejores resultados estratégicos y mayor creación de valor a largo plazo.
El desafío para todo presidente es crear un espacio donde la coordinación previa y la eficiencia no sacrifiquen la inclusión de diversas perspectivas. Donde la reunión real sea tan sustantiva como las conversaciones que la preceden.
P.D.: La próxima vez que notes ese sutil intercambio de miradas entre el presidente y ciertos directores al iniciar un tema “controversial”, pregúntate: ¿estoy participando en una deliberación real o solo en la representación teatral de una?
Referencias:
- Sonnenfeld, J. A. (2002). “What Makes Great Boards Great.” Harvard Business Review, 80(9), 106-113.
- Kanter, R. M. (2008). “Men and Women of the Corporation: New Edition.” Basic Books.
- Bhagat, S., & Black, B. (1999). “The Uncertain Relationship Between Board Composition and Firm Performance.” The Business Lawyer, 54(3), 921-963.
- Reynolds, A., & Lewis, D. (2017). “Teams Solve Problems Faster When They’re More Cognitively Diverse.” Harvard Business Review (online).