Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
No conozco en persona a los protagonistas y buena parte de los hechos está siendo todavía investigado, pero el desarrollo del caso Sartor ya nos ofrece valiosas lecciones para cualquier directorio empresarial.
Sartor Finance Group, que administraba activos “alternativos” en sectores como deuda privada, leasing e inmobiliario, enfrentó una severa crisis cuando la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) habría detectado prácticas poco transparentes y conflictos de interés en la administración de sus fondos, particularmente inversiones en empresas relacionadas sin los controles apropiados. Estos problemas desencadenaron una pérdida significativa de la confianza pública, llevando al regulador a intervenir y revocar la licencia operativa de la compañía.
Este episodio ilumina claramente áreas críticas que los directorios de cualquier empresa deben fortalecer para evitar crisis como ésta. Las siguientes cinco lecciones específicas emergen del análisis del caso Sartor:
1.- Gestionar con rigurosidad los conflictos de interés.
Sartor pone en evidencia cómo una falta de políticas claras puede permitir operaciones entre empresas vinculadas, generando dudas, riesgos financieros y reputacionales severos. Los directorios deben contar con procedimientos específicos que identifiquen, evalúen y regulen cualquier conflicto potencial o real para proteger eficazmente a los inversionistas y la integridad de la organización.
2.- La importancia de la transparencia
La ausencia de información clara sobre inversiones cruzadas y decisiones internas provocó incertidumbre entre inversionistas y una corrida masiva de retiros. Para evitar tales escenarios, las empresas deben asegurar una comunicación abierta, oportuna y clara respecto de todas sus decisiones relevantes, en este caso no solo con los inversionista, sino también con el regulador.
3..- La necesidad de tener (y poder demostrar que se tiene) un directorio activo y comprometido.
En Sartor, la percepción del mercado fue que el directorio no ejerció un control suficientemente crítico y proactivo. Este ejemplo enfatiza que la responsabilidad fiduciaria de los directores no sólo va más allá del cumplimiento formal (cuestionando decisiones de la gerencia, anticipando riesgos y exigiendo altos estándares éticos) sino que debe estar en condiciones de demostrarlo.
4.- Fortalecer los controles internos y la gestión de riesgos.
El caso Sartor habría subrayado cómo la ausencia de auditorías internas rigurosas y sistemas sólidos de compliance contribuiría a que se comentan múltiples irregularidades. La implementación de mecanismos efectivos para detectar rápidamente desviaciones y riesgos potenciales es fundamental para proteger el patrimonio y reputación de la empresa.
5.- El rol crítico del regulador
El rol de la CMF se hizo evidente en este caso, investigando, sancionando, congelando las operaciones y revocando licencias. Esto demuestra la importancia de mantener una relación proactiva y transparente con las autoridades regulatorias, comprendiendo claramente sus expectativas y actuando anticipadamente para prevenir crisis que puedan desencadenar medidas extremas.
Preguntas para el directorio:
• ¿Estamos seguros que gestionamos eficazmente los conflictos de interés en nuestra organización?
• ¿Nuestra comunicación es suficientemente transparente y oportuna con los stakeholders clave?
• ¿Qué tan activo y comprometido está nuestro directorio con la prevención y anticipación de riesgos?
• ¿Tenemos mecanismos suficientemente robustos en auditoría interna y compliance?
• ¿Colaboramos proactivamente con nuestros reguladores para prevenir crisis futuras?
Es de esperar que las investigaciones contribuyan a que se aclaren los hechos y se haga justicia. En el Intertanto, los directores de cualquier empresa pueden aprovechar este caso como fuente de aprendizajes y para reflexionar sobre sus propias áreas de mejora.